Aunque podamos pensar que esta crisis sólo ha servido
para asfixiar a los ciudadanos, (cierto es), mi inagotable frenesí de optimismo,
me hace hallar continuamente noticias esperanzadoras. Esta vez, el lado más
humano lo encuentro en el panorama empresarial. Sí, habéis leído bien.
Humanización y Empresa, dos conceptos a priori antagónicos, comienzan ahora a
llevarse bien.
Y es que, al menos que esta crisis sirva para hacer tambalear
los cimientos más arcaicos del sistema financiero y económico, inquebrantable
años atrás, cuestionables ahora.
Pues bien, parece que ese clima grisáceo, que
amenazaba tormenta, está favoreciendo el desarrollo de nuevos modos de SER y
HACER en las EMPRESAS.
Ha llegado el momento del EMPRENDIMIENTO SOCIAL.
Más allá de la compensación monetaria
como única razón de ser, la nueva filosofía de empresa social aboga por
contribuir a la mejora de la sociedad, a través de una premisa muy sencilla,
conseguir favorecer positivamente al mayor número de personas.
Dicho así, parece que me encuentro
inmersa en una ensoñadora UTOPÍA, en la que divago sobre el ideal modelo social,
aquel que favorece a todos por igual. Pero, esta vez, la utopía se convierte en
REALIDAD.
Así lo postula el austríaco Christian
Felber, un profesor de economía que vislumbró una nueva de hacer empresas, y cuya estructura se encuentra reflejada en su libro, ECONOMÍA DEL BIEN COMÚN.
Partiendo de la Constitución de Baviera en su artículo 151:8 11: Toda actividad económica sirve al bien común. Felber, desarrolla un
manifiesto en el que fija la posibilidad de adaptar nuestro actual sistema
financiero a esos principios idílicos constituyentes y asentados, hacia el bien
común.
Valores como honestidad, respeto, solidaridad, confianza,
cooperación, generosidad, compasión, son los pilares éticos que rigen esta
filosofía empresarial.
De este modo, se establece que, los parámetros éticos y sociales para determinar el BUEN
HACER dentro la empresa, son:
La dignidad
humana de los empleados
La solidaridad
La justicia social
La sostenibilidad ecológica, y
La democracia con todos sus proveedores y clientes.
Así, las
empresas sujetas a esta política del bien común, serán valoradas positivamente
por la sociedad, pues el consumidor, en el momento de realizar la compra,
conocerá de antemano, si la empresa propietaria del producto, contribuye o no,
a favorecer el desarrollo de la sociedad, y por tanto, será él quien decida
comprar productos con denominación social.
EBC conlleva además beneficios
para las compañías adscritas, debido al modelo de recompensas e incentivos
específicos que podrían beneficiar a las empresas sociales.
Aunque es España nos
encontramos alejados aún de la implantación de este sistema, cierto es, que la
filosofía de Economía del Bien Común comienza a impregnarse, sobre todo, entre
los jóvenes emprendedores, que buscan otro modo de SER Y HACER en las empresas.
Uno de los pioneros del
EBC en España es Marc Masmiquel, coordinador en Mallorca de su implantación.
Según
Masmiquel, son ya muchos los interesados en este sistema económico, personas de
todos los ámbitos profesionales que buscan ilusionarse a través de una nueva
alternativa socioeconómica.
La promoción se realiza
por medio de redes sociales, con reuniones locales, y ayuntamientos, empresas,
universidades y resto de instituciones. Aún queda un largo camino para su
implantación, pero un corto trayecto, esperemos, para la concienciación.
Otra alternativa al
sistema capitalista y financiero la encuentro en el Emprendimiento Social, cuyo
creador, Bill Drayton, fue galardonado en 2011 con el Premio Príncipe de
Asturias de Cooperación Internacional.
El emprendimiento
social, se define como una práctica empresarial que, «dedica toda su capacidad emprendedora,
perseverancia y determinación al servicio del bien común y de la transformación
social»
Como muestra de
emprendimiento social, ASHOKA, una asociación de ámbito internacional, compuesta únicamente por emprendedores
sociales.
Uno de los proyectos de empresa social que más ha
llamado mi atención es DOAFUND, capitaneada por Fernando Sierra, un joven
emprendedor, que ante el panorama social, crea este proyecto con el objetivo de
AYUDAR a familias sin recursos económicos para afrontar sus pagos hipotecarios.
CÓMO, a través de su página web, permite poner en
contacto a familias necesitadas de ayuda económica con personas y
organizaciones dispuestas a contribuir con donaciones, para erradicar esta
nefasta situación.
En España, aún nos encontramos muy alejados de las
cifras de emprendimiento social alcanzadas en EE.UU, donde un 4,5% de la
población se dedica a estas labores. Nosotros aún no rebasamos el 1%. Pero,
como todos sabemos, algo está cambiando, y el cambio es posible.
Si queréis ampliar
información os dejo estos links, para que profundicéis.
Ana Moreno (espania@economia-del-bien-comun.org)
Marc Masmiquel (ponentes@economia-del-bien-comun.es).
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