“El mundo global aumenta el
miedo a la insignificancia” Carlo Strenger.
Carlo Strenger, psicólogo de la Universidad
de Tel Aviv, estudió durante años la tendencia generalizada de la insignificación entre las personas, acrecentada por la imagen diluida de
nosotros mismos entre la multitud exitosa.
Según el propio Strenger, el miedo a la insignificancia tiene su origen en la sobreexposición a los medios, y la proyección que estos realizan para enfatizar la figura de personajes con éxito y fama a nivel mundial. Personas que alcanzan su meteórica carrera rápidamente, en la juventud o adolescencia.
Casos como el creador de Facebook, Mark Zuckerberg, o el adolescente Justin Bieber, o Lady Gaga,
que ya figuran entre los más ricos e influyentes del mundo. Se convierten en un espejo donde querer
reflejarse. Referentes de nuestra vida, y de nosotros mismos.
Esta tendencia afecta también a personas más adultas, que ven en Steve Jobs, una eminencia empresarial.
Un visionario de la tecnología. Un profeta de la sabiduría. Y por tanto, ansían
aspirar a ser como él, alcanzar su éxito.
¿Qué tienen en común todos estos casos? La COMPARACIÓN. Así es. Sin darnos cuenta, caemos
presas de la tendencia del hombre de hoy, compararnos con personas exitosas.
Esta imagen de fama, de riqueza y felicidad perpetua, es fomentada a través de
los medios de comunicación, que buscan alcanzar máxima audiencia con personajes
que la sociedad demanda, y admiran.
¿Y qué ocurre cuando no llegamos a ser como ellos? FRUSTRACIÓN. Y es aquí,
cuando la ANSIEDAD y la DEPRESIÓN cabalgan a sus anchas entre las personas.
La gran mayoría de nosotros, puede que nunca salgamos por televisión, puede
que nuestro rostro no sea el más guapo, ni puede que nuestro blog sea el más leído,
ni puede que nuestra voz sea la más escuchada, ni nuestra sonrisa la más
blanca, ni nuestro cuerpo el más esculpido…Muchos
puedes pueden suceder.
Como bien explica Carlo Strenger en su libro, “El miedo a la
insignificancia: buscando el sentido en el siglo XXI”, establece que la
auto-realización pasa por sentir que uno está viviendo de manera AUTÉNTICA su
propia vida”. Y para alcanzar esa estadio de plenitud vivencial, uno no requiere de
sobredosis de comparación y auto-engaños.
Su rostro se hizo más
conocido aún, tras el accidente sufrido en Duxford. Allí, la joven piloto, envuelta en en amasijo de
hierros, en densidad de humo y en conmoción,
volvió a nacer.
Nacida en 1980, pronto su afán de superación y su carácter, la llevaron a convertirse en la primera mujer
española en la F1. También en ser la primera mujer en competir en el Mundial de
Turismos, WTCC. Muchas primeras veces en ser primera.
Pero esta afán de alcanzar primeros
puestos, quedó truncado el día que según ella, “volvió a nacer”. Así es. Tras sufrir aquel aparatoso
accidente, que apunto estuvo de costarle la vida, María se reinventó así misma.
Atrás quedó esa mujer que luchaba por ganarse el respeto en un mundo
pilotado, en su mayoría, por hombres.
“Desde que sufrí el accidente mi escala de valores ha
cambiado radicalmente. Para ser feliz no se necesita demasiado, tener salud y
estar rodeada de tu familia, es suficiente para disfrutar plenamente de la
vida, que es un REGALO”.
El consejo que De
Villota ofrece tras su re-nacimiento es el de “seguir a vuestro instinto. Convendría parar el motor para conectar con la realidad y
saber lo que realmente uno quiere, y cuando lo encuentre, seguir sin miedo”.
“Me siento mucho mas llena con lo que antes me
parecía insignificante”. María
dedica gran parte de su tiempo a ayudar a enfermos neuromusculares
mitocondriales. Sabe que ha cambiado, pero ahora, por vez primera, María
siente felicidad plena en su vida.
Espero que este ejemplo
vivencial os sirva para deteneos por un momento, y pensar si el camino que
estas siguiendo, os hace sentir plenamente feliz. Si no es así, permítete dar
la vuelta, y emprender uno nuevo.
Be happy :)