El 12 de octubre de 2013 Malala sintió como una
bala se clavaba en la parte izquierda de rostro. Había sido tiroteada, junto al resto de sus
compañeras, en el autobús que las conducía a la escuela. Su caso dio la vuelta
al mundo.
Malala no es una niña cualquiera. La madurez que suscitan
sus palabras, la forma en la que expresa su indignación y su capacidad de
perdonar al Talibán que le disparó, provoca en mí, una notable admiración hacia
Ella, Malala Yousafzai.
Su hazaña es descrita como "heroica y
admirable".Y es que, la joven de 16 años se ha convertido en una de las
activistas más conocidas en el mundo.
¿Su causa? Conseguir que las niñas en Pakistán vuelvan a ir a la escuela.
¿Su causa? Conseguir que las niñas en Pakistán vuelvan a ir a la escuela.
La sublevación de los Talibanes supuso para Malala, y
para el resto de compañeras en su país, la prohibición de recibir una educación. En
cuestión de días, la joven que soñaba con ser doctora, vio como su sueño se
truncaba. El caos y el miedo comenzó a azotar por todos los rincones de
Pakistán: "Pegaron a las mujeres, asesinaron a las personas, destruyeron
escuelas, quemaron televisores, prohibieron que las niñas fueran a la
escuela".
Desde aquel día, Malala Yousafzai decidió alzar su
voz en pro de los derechos de las niñas a estudiar. Su lucha comenzó con un
blog personal que se difundía a través de un periódico americano. Impartió
charlas reivindicativas y de protesta por todo el territorio pakistaní.
Sin
embargo, su voz, su joven voz, comenzaba a resultar molesta ante los oídos
arcaicos de un grupo aferrado a las cadenas impuestas del machismo y la
involución de la mujer.
Quisieron silenciar la voz de esta heroica niña de la
forma más fácil, y a la vez cobarde, con una bala. Entre la vida y la muerta
permaneció durante meses Malala. Médicos de Pakistán y Reino Unido trataron de
devolver a esta criatura a la vida, trataron de que su voz vuelva a ser
escuchada... Y así fue. Ante Naciones Unidas.
A Malala Yousafzai le conceden el Premio Nobel de la Paz con 16 años.
A Malala Yousafzai le conceden el Premio Nobel de la Paz con 16 años.
"El 9 de octubre de 2012 el talibán me disparó en el
lado izquierdo de mi mente, le dispararon a mis amigas también.
Pensaron que las balas nos silenciarían, pero fallaron. Y de ese
silencio surgieron miles de voces.
Los terroristas pensaron que cambiarían mis metas y
detendrías mis ambiciones, pero nada cambió en mi vida excepto esto":
"La debilidad, el miedo y la desesperanza
murieron.
La fuerza, el poder y el coraje
nacieron".
La joven Malala, incansable en su lucha por la defensa de
la educación, incansable por la lucha por la igualdad de las mujeres en el
mundo pakistaní, incansable por entregar su vida a ayudar a los más
necesitados, se presentó ante la ONU con esa madurez que tanto le caracteriza,
y alzó, una vez más, su joven voz para lanzar al mundo su mensaje:
"Los
extremistas están asustados del poder de los lápices y de los libros; El
poder de la educación los asusta; El poder de las voces de las mujeres los
asusta, es por eso que matan a estudiantes, asesinan a profesoras y hacen
explotar escuelas cada día. Ellos, están
asustados del cambio y de la igualdad que traeremos a nuestra sociedad".
He querido acercar la vida de Malala a este espacio
porque a mi modo de ver, creo que las figuras heroicas que convierten su razón
de ser en una causa global, deben ser escuchadas, seguidas y admiradas.
Malala Yousafzai. Mi más sincera admiración,
seguimiento y escucha.
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